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Capitán Sensible

El Hotel Infinito

El Hotel Infinito Un hotel de infinitas habitaciones.
Un viajero que llega durante una noche de tormenta y ve en la puerta el cartel que dice “completo”.
El hotel queda a cientos de kilómetros de cualquier otro lugar civilizado, en medio de un páramo, rodeado de ciénagas espantosas, habitadas por caníbales.
Pero en este caso nuestro viajero pide tranquilamente un cuarto.
El conserje no se inmuta (en realidad ni siquiera se sorprende). Levanta el teléfono y da una orden general:

que el ocupante de la habitación uno se mude a la habitación dos, el de la habitación dos a la habitación tres, el de la tres a la cuatro y así sucesivamente.

Mediante esta sencilla operación, la habitación uno queda vacía, lista para el nuevo huésped; todos los ocupantes del hotel tienen, como antes, una habitación, y el hotel seguirá, también como antes, completo.

Ahora supongamos que en vez de llegar un solo viajero, llegaran infinitos.
El conserje, esta vez, indicaría al ocupante de la habitación uno, que se mudara a la dos, al de la dos, a la cuatro, al de la tres, a la seis; y otra vez lograría acomodar a la multitud recién venida en las habitaciones impares, que quedarían todas vacías.

Y si el dueño del hotel decidiera clausurar la mitad de las habitaciones, no por eso la cantidad de cuartos cambiaría. Sería la misma, y tan infinita como antes.

1 comentario

El del trillón -

Conserje, yo necesitaría un cuarto, al final ¿se puede o no se puede?. Si fuera que es que sí ¿podría ser el número dos?.