El Rey y el rabino
Un Rey, que no podía casar a una hija suya muy fea, visitó al rabino Shimmel de Cracovia.
Tengo una gran pena en el corazón le dijo el Rey porque Dios me ha dado una hija fea.
¿Cuán fea? preguntó el rabino.
Si la tumbara en un plato al lado de un arenque, usted no podría distinguir quién es quién.
El rabino de Cracovia pensó un largo rato y por último preguntó:
¿Qué clase de arenque?
Tengo una gran pena en el corazón le dijo el Rey porque Dios me ha dado una hija fea.
¿Cuán fea? preguntó el rabino.
Si la tumbara en un plato al lado de un arenque, usted no podría distinguir quién es quién.
El rabino de Cracovia pensó un largo rato y por último preguntó:
¿Qué clase de arenque?
1 comentario
Raquel -
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